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quarta-feira, 9 de março de 2011

Por favor, no me feliciten


diario de centro america. guatemala. 08-03-2011

www.dca.gob.gt

Columna la conversa.

Olga Villalta.


Hoy es 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, efeméride promovida en sus inicios por Clara Zetkin a principios del siglo pasado, como un homenaje a las mujeres que luchan por sus derechos. Esta fecha fue aceptada posteriormente por Naciones Unidas como un día dedicado a evidenciar los aportes y las demandas de las mujeres. Pero, poco a poco, este día se ha banalizado en su contenido. Muchos directores de instituciones gubernamentales y no gubernamentales emiten mensajes felicitando a las mujeres y alaban el papel de madres, esposas o abnegadas trabajadoras que desempeñan. No se dan cuenta de que esos roles son los que nos han aprisionado durante siglos y no nos han permitido ser personas libres. Otros reconocen los sacrificios que ellas realizan al sacar adelante a los hijos que un esposo o conviviente irresponsable abandonó. El comercio hace su agosto, ofreciendo rebajas, alimentos dos por uno y hasta los salones de belleza o spa ofrecen servicios a bajo precio. Es sorprendente observar la facilidad con que se vacían de contenido los planteamientos esbozados por las activistas y académicas feministas. Entiendo que tenemos milenios de patriarcado y apenas unos 70 años de estudios sobre la condición de las mujeres. Cientos de académicas feministas se han dedicado a evidenciar que la condición femenina no es natural, que hubo y sigue existiendo un sistema que desde su estructura social permite la subordinación y discriminación de las mujeres.

Yo, en tanto luchadora feminista, lo que espero este día no son flores, felicitaciones y palabras bonitas, sino sencillamente deseo que las voces que emitimos la diversidad de mujeres que somos y que propugnamos por vivir sin violencia y con desarrollo sean escuchadas. Me parece que esta fecha debe servir para reflexionar sobre el daño que el sistema patriarcal ha infligido no solo a las mujeres, sino también a las personas en situación de vulnerabilidad (ancianas/os, niñas/os). Debe servir, además, para pensar en la construcción de mecanismos que permitan un trato entre mujeres y hombres en condiciones de igualdad, simetría y libre de violencia. Va mi abrazo solidario a mis amigas, a las compañeras de este esfuerzo por hacer vigentes nuestros derechos y a las acompañantes de la vida, quienes han estado conmigo en las buenas y en las malas. A todas las aliento a seguir estudiando. Nunca es tarde y, según dicen, una forma de atrasar el envejecimiento es mantener la mente ocupada. Y como siempre, las insto a apropiarse de la palabra, escribir sobre sus vidas, sus luchas, sus amores, porque lo que no está escrito no existe.


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