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domingo, 9 de novembro de 2008

Gerardo Dell´Oro expone en la biblioteca nacional




Inocencia, tragedia y desagravio

Estas fotografías son la historia de una familia. Muchas de ellas son fotos domésticas, de juegos, mimos, felicidad. Es difícil apartar un álbum de fotografías hogareñas de un sentido primigenio de placidez, de un fragmento de tiempo redimido de pesares. Sin embargo, en esos instantes luminosos puede acechar la melancolía –eso es inevitable mediando un mínimo paso de tiempo-, y muchas veces, la tragedia. Estas fotos de Gerardo Dell´Oro poseen una simplicidad arrasadora, que adquiere mayor contundencia al saberse que fueron visitadas por una devastación. Son fotos familiares del arcón familiar. Un patio modesto, la hermana Patricia, el grupo de amigas adolescentes, el casamiento, una carta desde el sur. Pequeños retazos que van preparando la desdicha. Luego otras fotos de la secuencia familiar, dan prosecución a la historia. Las fotografías toman así un gran aire de justicia, reponen un cáustico sentimiento de rescate. Como si las imágenes surgieran de un proyecto profundo de reposición y consuelo, asisten al recomienzo de la vida. Podemos imaginarlo todo, pero las fotos siguen siendo severas o inocentes. Los trabajos de Patricia, los vestigios escolares. Y luego los rostros heredados. Las fotografías, que viven de su fervor fisiognómico, entregan insinuaciones, legados, parecidos. En los árboles fotografiados por Gerardo Dell´Oro podemos ver, después, la historia del país, el alma continua de las cosas, las formas desafiantes de una raíz, lo evanescente de las ramas, el enfoque difuso que hace un tanto amenazantes las formas… Un caso límite del arte fotográfico: con imágenes, tratar de seguir el hilo de una voz ausente, los dichos no escuchados, la fuerza de un testimonio judicial. Así, la fotografía es alma huidiza de la historia, ensayo de justicia y misterio de la naturaleza.

Horacio González
Director Biblioteca Nacional




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